A principio de año (marzo y abril, bueno, principio de año escolar más bien) comenzó a interesarme la “generación beat”
que son los escritores que en la década de los 50 comenzaron a escribir acerca
de esos temas que la sociedad no aceptaba en absoluto que se practicaran o
siquiera se mencionaran. Más que nada, estos temas se centran en el sexo y las
drogas y esa parte de la sociedad. ¿Les suena? Fue lo que encendió la chispa de
lo que serían los hippies (que muchos detestan). Así que el primer libro que
leí fue Yonqui de William S. Burroughs, basado en las experiencias del mismo
autor. Básicamente te hace odiar a la policía estadounidense del momento y
entender lo que significa ser un drogadicto:
“¿Por qué un hombre se convierte
en drogadicto?
La respuesta es que normalmente
uno no se propone convertirse en drogadicto. Por lo menos es necesario
pincharse dos veces al día durante tres meses para adquirir el hábito. Y uno no
sabe realmente lo que es la enfermedad de la droga hasta que ha tenido varios
hábitos. Yo tardé casi seis meses en adquirir mi primer hábito, y aun entonces
los síntomas de carencia eran leves. Creo que no es exagerado decir que
fabricar un adicto lleva cerca de un año y varios cientos de pinchazos.
(…)
¿Por qué sigue uno usándolos lo
bastante como para convertirse en un adicto? Uno se hace
adicto a los narcóticos porque
carece de motivaciones fuertes en cualquier otra dirección. La droga se impone
por defecto. Yo empecé por cuestión de seguridad. Seguí pinchándome mientras pude
conseguir droga. Terminé colgado de ella. La mayor parte de los adictos con los
que he hablado cuentan una experiencia semejante. No empezaron a utilizar
drogas por ninguna razón que sean capaces de recordar. Si uno nunca ha sido adicto,
no tiene una idea clara de lo que significa necesitar droga con la especial
necesidad del adicto.
Nadie decide ser un adicto. Una
mañana uno se despierta enfermo y ya es adicto.
(…) Cuando uno deja de crecer
empieza a morir. Un adicto nunca deja de crecer. Muchos adictos cortan el
hábito periódicamente, lo que implica una contracción del organismo y el
reemplazamiento de las células que dependen de la droga. Una persona que
utiliza la droga está en un estado continuo de contracción y crecimiento en ese
ciclo diario de necesitar el pinchazo y el pinchazo recibido.
(…) He aprendido la ecuación de
la droga. La droga no es, como el alcohol o la yerba, un medio para incrementar
el disfrute de la vida. La droga no es un estimulante. Es un modo de vivir.”
También hay una parte en la que
hace una referencia histórica de la aceptación de la droga en la sociedad
comparado con el alcohol, etc… lo típico. Léanlo, es cortito y muy bueno.
Después de leer ése, me puse a
leer En el camino de Jack Kerouac, amigo de Burroughs.
En su libro, Kerouac
cuenta sus experiencias a través de un viaje a lo ancho de Estados Unidos,
hasta incluso llegar a México. La historia es real pero obviamente los nombres
de las personas reales son suplantados por ficticios. Lo empecé a leer hace dos meses aproximadamente
y me enganchó MUCHO. Está dividido en 5 partes y la última son unas casi 10 páginas, las cuales no tenía intención de leer porque no quería para nada
terminar este libro.
La sensación de vacío con la que quedé el lunes, fue
horrible. Ir acompañando a estos personajes ficticios-no ficticios en su
recorrido por Estados Unidos tratando de encontrarse a sí mismos, viendo las
maravillas que ofrece el mundo pero que normalmente no vemos, la locura de Dean
(que más que "loco", era puramente humano), los conciertos de jazz, los
hipsters, los paisajes americanos (sí,
americanos como el autor dice, ja), los personajes raros, aquellos que
todavía se buscan a sí mismos; aquellos que ya se rindieron; y aquellos que
jamás van a buscarse.
En fin. Jack Kerouac y amigos, ♡ los quiero
mucho ♡
Les dejo una de las frases que subrayé:
"La humanidad se dará cuenta algún día de que de hecho estamos en contacto con los muertos y con el otro mundo, sea el que sea; si utilizáramos del modo adecuado nuestros poderes mentales, podríamos predecir lo que va a suceder dentro de cien años y seríamos capaces de evitar todo tipo de catástrofes. Cuando un hombre muere se produce una mutación en su cerebro de la que no sabemos nada todavía pero que resultará clarísima alguna vez si los científicos dan en el clavo. Pero a esos hijoputas ahora sólo les interesa ver cómo consiguen hacer saltar el mundo en pedazos."